Entre los vándalos de siempre y la inacción de un ayuntamiento que destaca por su poca vergüenza, así lucen los restos del tambor aspillerado (1834) de la batería de Cabo Menor o de San Matías (1702), en Cueto (Santander, Cantabria).
Aunque viendo los destrozos de Pronillo o La Maruca, casi mejor que lo dejen tal cual.
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